Una empresa fabricante quiere volver a poner de moda el vehículo sin motor, el troncomovil, así como el vehículo sin motor de rueda poligonal. Todo un clásico.
“Es un placer recuperar esos monstruos de la carretera. De pequeño siempre tuve un sueño y ahora lo que tengo es sueño” afirmó somnoliento el presidente de la compañía.
Sin olvidar los tiempos que corren, el fabricante dotará a dichos vehículos de todos los avances tecnológicos al alcance. “Nosotros queremos ir un pasito mas allá. Vamos a incorporar en nuestros vehículos la cantimplora de tapón básica, la de rosca, para hacerlos auténticos todoterreno, devoradores de kilómetros. No queremos coches blandos, queremos fieras corrupias, bucéfalos de asfalto. Coches con pelotas.” señaló un encargado de equipamiento, el mas antiguo defensor del coche con astas, con cornamenta. Efectivamente un tipo bastante rudo.
Con la integración de la cantimplora en el cuadro eléctrico del coche se gana en autonomía y en prestaciones. Con los modelos más avanzados se obsequiará al comprador con un pack de sandalias romanas de suela gorda para evitar el desgaste de su calzado durante la conducción, sobre todo en terrenos rugosos, ásperos, en los que la suela de un zapato corriente puede sufrir un desgaste muy grande pudiendo llegar a afectar a la propia planta del pie, causando herida,dolor e incluso angustia, convirtiendo su existencia en un sin vivir inevitable.
Expertos en economía afirman que hay que tener precaución ya que esto puodría ser el golpe definitivo al petróleo. Si se extendiese el uso de los coches sin motor, el precio del barril de crudo caería empicado pudiendo hacer mucho daño. Vayan con cuidado.
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