El poder que tiene el de La Mancha sobre los molinos ha quedado patente por primera vez. El hidalgo, ni corto ni perezoso, ha conseguido que hasta 17 molinos de viento le acompañen en su nueva aventura: el camino de Santiago en bici.
Para este viaje ha decidido prescindir de su fiel amigo Rocinante y subirse a lomos de una BH de montaña, con frenos de disco y sillín de gel. Ataviado con unas mallas marrones y una camiseta en la que se puede leer el lema: “Antes muerta que sencilla” quiere terminar el camino y convertirse en un peregrino más.
Su devoción por el santo viene de lejos, de la lejana Rusia para ser exactos. En uno de sus viajes al país del vodka, Don Quijote se encontró con Santiago y tras hacer buenas migas y comérselas juntos le prometió ir a verle algún día. “Nada mejor que unas migas y un buen vino para entablar amistad” señaló un ciudadano ruso. ”Mentira” replicó otro. Parece ser que no se ponían de acuerdo en cuanto a la mejor manera de entablar amistades, pero en cualquier caso“el vino siempre en vaso”, afirmó el santo.
La ruta que van a seguir no está decidida al 100%, pero fuentes cercanas a los molinos señalan que probablemente se decanten por el camino primitivo, recorriendo un total de 369 km.
La fecha de inicio tampoco está decidida pero confirman que será en Agosto.
Para pasar los largos días de peregrinación la expedición llevará consigo una serie de juegos y videojuegos variados, de todo tipo. Durante el camino montarán un puesto de venta ambulante y ofrecerán dichos juegos tanto en alquiler como en venta para que el resto de peregrinos amenice su caminar. A lo anterior se añadirán varias prendas de ropa interior para disfrute del caminante. Tres calzoncillos a cinco euros y la tanga a un euro serán las ofertas estrella. Una ganga a la que muy pocos podrán resistirse. Muy pocos.
El molino vendedor aconseja a todo aquel que vaya a hacer el camino en esas fechas, que lleve suelto, monedas, ya que ellos no dispondrán de cambio. “Solo importe exacto” aclaró Don Quijote.
Todos los beneficios serán introducidos en una hucha con forma de gorrino, de cerdito, la cual se romperá al llegar a la catedral. En cuanto al uso que darán a dicha recaudación se mantiene un secretismo total y absoluto. Este mutismo al respecto del dinero ha propiciado que una comparsa persiga desde hace tres días al molino contable, pidiendo que se pronuncie. “Que lo diga! Que lo diga!”
Mientras tanto el gran olvidado en esta noticia, Sancho Panza, se encuentra preparando su actuación en la plaza del Obradoiro. Alrededor de noventa minutos a caballo entre el folk y el rock pondrán broche a la peregrinación de los molinos, de don Quijote y, por supuesto, de todos aquellos que terminen su andadura ese mismo día. Aprovechará para presentar su último single “La barriga ye-ye”, rememorando una época gloriosa en la música española.
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