¿Puede una manguera tener vida propia?

¿Puede cobrar vida una manguera? Este es un interrogante que hasta la fecha ha tenido en vilo a los alquimistas y científicos de todo el mundo. Tras miles de experimentos parece que no hay pruebas suficientes para dar un veredicto fiable, convincente. “No nos queremos mojar” afirmó uno de los científicos apartando el chorro. “Esta posibilidad ha fascinado tanto como la de convertir cobre en oro” aseguró un compañero fiel.

La primera persona que sintió verdadera curiosidad por la posible vida de la manguera fue Leonardo Da Vinci, allá por el año 1485. Hay escritos que demuestran que así fue. En el diario personal del genio se pudieron leer las siguientes líneas:

“… no descarto que la manguera pueda cobrar vida… no lo descarto… en absoluto…

… la paz interior será conmigo si descubro como hacerlo… la paz interior sería conmigo si los zapatos no me rozasen tanto en el dedo pequeño…me dañan, me provocan dolor debido a la fricción que ejerce el material sobre la piel… ¿o es la piel la que ejerce fricción sobre el cuero? … he de documentarme… he de hacerlo… santo Dios!! “

Sabias palabras.

Escritos privados a los que hemos tenido acceso dan a entender que fracasó en su intento de dar solución a esa cuestión, a ese dilema que se cernía sobre toda manguera. Para no dar muestras de debilidad, hábilmente, decidió crear una cortina de humo. Compró tabaco negro y se dispuso a pintar la Mona Lisa, la cual daría de que hablar dejando en un segundo plano al fracaso que minó su moral hasta límites insospechados. He aquí un fragmento donde muestra su descontento y amargura: “Solo dios sabe lo que sufrí… solo Dios… nadie más… Bueno sí, yo también lo sé. Coño Leonardo, céntrate, céntrate o la peligrosa oscuridad de la ignorancia te acogerá en su seno -- no en su teta-- y te absorberá hasta hacerte caer en la más humillante de las desgracias. Céntrate hijo.”

Es fabuloso observar cómo Leonardo se mandaba mensajes cifrados a sí mismo a través de sus notas personales. Magnífico, una vez más. Prestamos especial atención a que se dirige a sí mismo como “hijo”. Esto nos lleva a otro interrogante: ¿Era Leonardo su propio padre y su propio hijo a la vez? En ese caso, ¿se llevaba de la mano cuando salía a pasear? Quizás sí, quizás no. Es un tema para tratar más a fondo.

Volviendo a la actualidad, ayer, un joven de tan solo 17 años, coleccionista de cosas, asegura haber descifrado el enigma, el rompecabezas. Ha afirmado públicamente que una manguera “no puede cobrar vida bajo ningún concepto, salvo en casos de fuerza mayor”, argumentando que un objeto de plástico no puede tener vida propia, lo cual no ha gustado mucho a la comunidad científica ya que no se especifican las causas de fuerza mayor. “Es imprescindible enumerar dichas causas para que la teoría sea aceptada. De la misma manera que la uva se prensa para hacer el vino, la teoría no debe tener resquicio alguno para considerase válida.”

Intentamos ponernos en contacto con alguna manguera pero su hermetismo es total y absoluto, no quieren pronunciarse, lo cual respetamos profundamente —cabronas—.

Tras estas declaraciones queda patente que no será fácil alcanzar una verdad irrefutable al respecto de la manguera. Mientras tanto, aprovechen y disfruten del gracejo y el chorrillo que nos ofrecen desinteresadamente.

“Ohhh manguera, terror de la hoguera, amiga de la jardinera…” dijo el poeta.