viernes, 9 de octubre de 2009

Desparición de un pueblo entero

Extraña desaparición de un pueblo fantasma en pleno corazón de Colorado. El único habitante de la aldea se dio cuenta de que algo no estaba en su sitio cuando regresó de su jornada laboral y no encontró su casa, ni siquiera su pueblo. Con un ataque de nervios, creyendo que se estaba volviendo loco, acudió de forma casi inmediata al sheriff local para denunciar la desaparición. Según la ley de desapariciones vigente, hay que esperar tres días para hacerla oficial , con lo cual el solitario provinciano tuvo que pasar varias noches entre la intemperie y un hotel de carretera.

A día de hoy, la desaparición es oficial y la policía rastrea la zona sin descanso. “No hay rastro del poblado ni de los ladrones”, señaló el jefe de policía. “Nos daremos cuarenta y ocho horas mas de búsqueda y si no tenemos premio, acudiremos al ejército para que envíe mas efectivos, especialistas en rastreo, posiblemente“

El desolado y único poblador está colaborando en todo lo posible con las autoridades para, lo antes posible, volver a dormir en su cama, ver su televisión, hacer su vida. Tomamos nota de la descripción que nos dio Josué: “Es un pueblo apacible, de aspecto lejano, fantasmal, muy acogedor una vez que estás dentro. Todas los edificios están en ruinas excepto mi casa, la escuela y la iglesia, que la mantengo en pié como buenamente puedo, gracias a Dios, pero yo no rezo, yo me desperezo. Sobre todo por las mañanas al levantarme.”

Una persona romántica este Josué. Mantenía viva y en pié la única escuela, en la que el aprendió tantísimas cosas y que tan buenos recuerdos le trae. Cada domingo, sin falta, acudía puntual a la clase de gramática, que él mismo impartía, para así mantener el espíritu de la educación que tenía el pueblo antes de ser abandonado por sus habitantes. Josué no quiso hablar sobre el motivo del éxodo. “Es un tema pasado que no quiero remover, yo solo remuevo el café de por la mañana, siempre después de echarle un sobre de edulcorante, nunca antes.”

Una ONG ha acogido a nuestro amigo hasta que el pueblo aparezca. Mientras tanto y por si las pesquisas no dan su fruto, Josué está construyendo una réplica de su casa, así como una de la escuela para, en un futuro próximo y pase lo que pase, poder tener de nuevo su vida, su hábitat.

Estamos seguros de que entre tanta oscuridad brotará un halo de luz y tanto el pueblo como los ladrones serán encontrados en las próximas horas.

Ánimo Josué

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