Hombre de 46 años cambia de identidad para huir de sus acreedores

Un hombre de 46 años lleva varios meses haciéndose pasar por una almohada ergonómica de alta calidad para huir de su pasado y emprender una nueva vida con una nueva identidad.

Tras perder a su mujer en una partida de poker y negarse a pagar, el hombre tuvo que tomar una decisión rápida para evitar a sus acreedores. “Pensé que nunca me buscarían bajo la apariencia de una almohada ergonómica y, por el momento, no he tenido noticias suyas, estoy muy feliz”, señaló.

Su mujer, Esther, ve como algo romántico el gesto de su marido y afirma quererle aun más que antes.

A pesar de su transformación, este señor pudo encontrar un buen trabajo, con el cual poder subsistir y dar de comer a sus cuatro almohadillas.

“Soy marinero” afirmó, mientras nos relataba como ha cambiado su vida desde que es almohada. “Mi mujer me mete en la lavadora y me mareo a veces, sobre todo cuando da vueltas rápido. El tenderme lo llevo mejor, ya lo hago yo solo, cojo entre 2 y 4 pinzas de madera, las de plástico me provocan irritación, y me tiendo al sol con mucho cuidado. La vecina de abajo se quejaba porque en ocasiones se me escapaba un pis o un chorizillo…pero bueno, son muchas horas de secado, hay que entenderlo también. Yo siempre he sido de buen cagar y con eso se nace, no se puede cambiar, ¿me entiende? Ahora uso dodotis, me los subvenciona la junta de vecinos.”

El resto de tripulantes de la embarcación en la que trabaja tampoco están del todo contentos con Vicente, ya que, según afirma el capitán, “no es difícil verle mordiendo a un compañero. No tiene reparo a la hora de morder. Sin ir más lejos, en su primer día de trabajo atacó al conserje y a varios compañeros, dejando a su paso un total de 143 heridos de diversa consideración.” Hablamos con uno de los afectados y, aún con el brazo magullado, nos confirmó los hechos. Al parecer, se abalanzó salvajemente sobre el hombre y le aplicó la nada desdeñable cifra de 73 mordiscos en el mismo brazo, formando con los orificios una preciosa cenefa arábiga. Según fuentes médicas, los mordiscos fueron ejecutados con gran precisión y limpieza, dando por hecho que se trataba de un profesional del mordisco, de la mordedura, así como una persona muy preocupada por la salud dental.
“Me gusta morder, eso es indudable…es bonito, sin duda. Pero créame, yo muerdo por gusto, no por venganza ni por odio. Es como el que pinta cuadros. Yo vengo de una familia de grandes mordedores. Mi abuela sin ir más lejos, mordía de tal forma que la gente pagaba por verla morder. Mi abuelo Ernesto fue campeón de Castilla en la modalidad de mordisco libre durante tres años consecutivos. A ver si me entiende, que si yo muerdo bien, es por algo, que si yo gozo con la mordedura es porque me viene de atrás, de muchos años atrás, ¿entiende?“

Siempre es bonito ver una historia tan romántica y como una persona con dificultades consigue con su esfuerzo una vida algo mejor.