viernes, 9 de octubre de 2009

Detenido hombre que se introducía en los cuartos de baño ajenos

En la mañana de ayer, a las afueras de Teruel fue detenido un hombre acusado de ocasionar molestias a sus vecinos y de resistencia a la autoridad. “Habíamos puesto mas de cien denuncias contra el, ya era hora. Este hombre no nos dejaba vivir” nos decía Rosa María, una de las afectadas.
Y es que este señor tenía una peculiar costumbre, susurraba al papel higiénico. Dicho así no parece algo anormal ni molesto, pero cuando se introduce en los cuartos de baño de sus vecinos para hacerlo, la historia toma otro cariz. Así opina uno de los damnificados. “No sabemos como lo hacía, pero se metía, penetraba, se introducía en el baño. Muchas veces ibas con prisa y al llegar le veías sobre su cojín, cómodamente arrellanado en el trono y hablando dulcemente con el papel higiénico. No podías hacer nada. ¿Que persona humana sería capaz de reprochar esa actitud?”
Los más de sesenta vecinos que viven en el bloque nos aseguran que este individuo ha entrado en todas y cada una de las viviendas para susurrar a su papel. “A mi se me coló en la cocina, estaba en fregadero, sentado en su cojín, con las piernas colgando, las movía sutilmente. Me fijé que tenía en torno a seis rollos de papel entre los brazos. Los mecía como si fueran bebés. Era realmente tierno, era como una leona protegiendo a sus crías”, afirmó otro de los afectados.
Tras registrar el domicilio del presunto delincuente, la policía encontró cientos de rollos de papel higiénico y numerosos documentos relacionados con un viejo rito chamánico utilizado para aliviar la cefalea. Al parecer dicho rito tendría que ver con la extraña actitud de nuestro protagonista. Conseguimos hablar con el y esto fue lo que nos dijo, muy cortésmente: “Si, buenas noches. En efecto yo soy el sujeto que irrumpía en los retretes y hogares ajenos y, naturalmente, el mismo que ronroneaba al papel higiénico, si. ¿Por qué lo hacía? Muy sencillo. Es un sentimiento innato en mí, un amor irracional que, desde tiempos inmemoriales, eleva mi alma a lo más alto, a la cumbre, a la supremacía espiritual. Me siento bien cuando estoy con ellos, me hallo a mi mismo, le hallo a el, os hallo a vosotros. El papel higiénico es un ejemplo a seguir, fíjense bien. Es suave como la seda, limpio como el agua pura, puro como las flores, ligero como el viento. Es un encanto, un obsequio de la madre naturaleza. Be paper, my friend. Be toilet paper”

Así terminó la pesadilla para estas personas que desde hoy no tendrán que ver como sus domicilios son invadidos por un hombre con un cojín bajo el brazo.

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